Alta Cultura Humana

«El Imperio justificaba sus acciones por la superioridad humana: era nuestro deber preservar el orden para evitar la explotación de especies inferiores. Cualquier acción en pos de ese objetivo estaba justificada.»

―Soontir Fel^[1]

SatePestage-NEGTC — Sate Pestage apoyó el ascenso de la Alta Cultura Humana.

La Alta Cultura Humana, Alta Cultura Imperial o Supremacía Humana, fue una cultura implementada por el Imperio Galáctico como parte de su política codificada de especismo humanocéntrista. Se centraba en la creencia de que los humanos eran inherentemente superiores a otras especies.

Historia[]

«Debes ser tú [para asumir el cargo de Canciller Supremo, no yo]. Tienes las habilidades políticas necesarias y, más concretamente, eres humano. En esta era, solo un humano es capaz de llegar a la cima del sesgado mundo político de Coruscant.»

―Darth Plagueis a Palpatine^[2]

El Nuevo Orden del Emperador se fundó en la creencia de que la diversidad fomentaba la inestabilidad, y sus arquitectos sostenían que el colapso de la República se debía a agendas contradictorias que solo podían resolverse mediante una visión unificada. Argumentaban que esta visión debía ser moldeada por la Humanidad, ya que los humanos habían fundado la República original y, en última instancia, habían asegurado la supervivencia de la galaxia. En consecuencia, los no humanos a menudo eran vistos como incompatibles con los objetivos del Nuevo Orden y eran marginados dentro de la estructura de poder del Imperio.^[3]

Hubo varios matices que se extendieron al sentimiento anti-droide y al chovinismo antifemenino, que también se manifestó contra las mujeres humanas, quienes fueron prácticamente excluidas de las altas esferas de poder en el ejército y el gobierno del Imperio. Entre las excepciones se encontraban la almirante Daala de la Armada Imperial (ascendida en secreto por el Gran Moff Tarkin), la almirante Betl Oxtroe, la directora de inteligencia Ysanne Isard, la capitana Uwlla Iillor del Áspid Negro y la condecorada piloto Juno Eclipse.

Aquellos que no cumplían con los estándares de la Alta Cultura Humana eran marcados como no humanos.

En la época de la fundación del Imperio Galáctico, existían varios grupos populistas minoritarios y activos en Coruscant que defendían la supremacía humana. Estos fueron rápidamente asimilados por la naciente COMPNOR. Sus puntos de vista se fusionaron en una visión coherente, principalmente por Crueya Vandron, Ishin-Il-Raz, y Sate Pestage.

Confiscation-TCGBtS — Los no humanos fueron tratados como ciudadanos de segunda clase por el Imperio.

El principio fundamental de la Alta Cultura Humana era que los humanos eran los únicos miembros verdaderamente inteligentes y productivos de cualquier sociedad. Argumentaban que fueron casi exclusivamente humanos quienes formaron y lideraron la Antigua República, y que los mundos humanos del Núcleo se encontraban entre los más antiguos, ricos y avanzados de la galaxia.

Así, mediante la derogación de leyes como los Derechos de la Sensibilidad y la creación de nuevas leyes, todos los no humanos se convirtieron en ciudadanos de segunda clase (si es que se les llegó a considerar ciudadanos). La esclavitud no humana se legalizó de nuevo. Solo se permitió la producción, visualización y difusión de obras de arte «puras» (es decir, aquellas creadas exclusivamente por humanos y sin la ayuda de no humanos), como óperas, holovídeos o libros, ya que solo la cultura humana era lo suficientemente digna como para prosperar en el Nuevo Orden. Se disuadió activamente a los no humanos de participar en el gobierno o unirse al ejército Imperial, y se puso a gobernadores y Moffs humanos al mando de mundos y sectores no humanos. Sin embargo, existían lagunas legales: si los no humanos y casi humanos eran lo suficientemente devotos del Emperador Palpatine y se dedicaban exclusivamente a servir a su Imperio, no serían molestados. Ejemplos de tal tolerancia fueron el Gran Almirante Thrawn, el Gran Moff Bertroff Hissa y el general Bentilais san Sk'ar.

Podría argumentarse que las raíces de la intolerancia de Palpatine podrían rastrearse hasta la animosidad tradicional que dominaba las relaciones entre los humanos de Naboo (el planeta natal de Palpatine) y los gungans que cohabitaban ese mundo. Sin embargo, es debatible hasta qué punto, si alguno, Palpatine era un especista.^[4] Palpatine se relacionó libremente con no humanos como Mas Amedda y Sly Moore, además de ser aprendiz de Darth Plagueis (un muun) y tomar a Darth Maul (un zabrak dathomiriano) como aprendiz, todos ellos humanoides. Por lo tanto, podría sugerirse que, como Sith, el Humanocentrismo de Palpatine era más liberal que el de la visión Imperial estándar, posiblemente debido al hecho de que los Sith a lo largo de la historia fueron predominantemente humanos o humanoides. Palpatine, o, mejor dicho, Darth Sidious, indicó en el Libro de los Sith que no se adhirió personalmente al Humanocentrismo, pero que, sin embargo, lo consideraba útil para asegurar un control más estricto del Imperio.^[5] Desde esta perspectiva, es concebible que el especismo de Palpatine se extendiera a ciertas especies humanoides y que utilizara sentimientos anti-alienígenas para dividir a los seres de la galaxia y consolidar su dominio. De hecho, entre las atrocidades que Palpatine cometió se encontraba la destrucción del mundo de Alderaan, dominado por los humanos, y la creación de un patógeno dirigido exclusivamente a los humanos.

Aun así, Wilhuff Tarkin, teniente gobernador de Eriadu, quien comandaba la Fuerza de Seguridad de las Regiones Exteriores de la República, pero también sirviente encubierto de los Lores Sith Plagueis y Sidious,^[6]^[2] enunció claramente una visión humanocéntrista que, a primera vista, parecería reflejar la genuina visión galáctica de sus superiores del lado oscuro. En el 29 ABY, Tarkin anunció a Raith Sienar que hacía "favores a ciertas personas" para quienes "el equilibrio ya no es necesario". Estos individuos poderosos y de alto rango sentían una preferencia o "aprecio por los dedos—no tentáculos... ni palpos, sino dedos humanos—que se abrían paso en innumerables cuencos de sopa estelares, comprobando la temperatura para ver si estaban listos para comer... Recuerda mis palabras, Raith. Los humanos son el futuro"; a lo que Sienar, él mismo humano y futuro sirviente del Imperio Galáctico (diseñador del Caza TIE Imperial y creador del concepto de la Estrella de la Muerte), al notar la tensión en la voz de Tarkin, respondió: "Así lo indica". De hecho, Sienar presentía, como ahora afirmaba Tarkin, que se estaba gestando un cambio en la "psicología política" de la galaxia, que aquellos seres que pronto "reemplazarían" a las "élites decadentes" de la República (seres rígidos, inflexibles y anticuados) gobernarían con brutalidad; era, de hecho, "una ley en la historia de la galaxia. Una especie de equilibrio político, aterrador pero cierto". Fue a esta inminente percepción de cambio hacia la brutalidad en el gobierno político a la que Sienar, tan solo unos meses antes, había dedicado su "arte" del diseño de armas y naves (persiguiendo precisamente ese ángulo de brutalidad, "fuerza centralizada", aunque ahora entendía que adoptaría forma humana) cuando comenzó a trabajar en su Planetoide Expedicionario de Combate, cuya presentación de diseño dejó a Tarkin fascinado. El comandante de Eriadu se apresuró a admitir, sin embargo, que debido a "la tolerancia y debilidad de nuestros predecesores... podría llevar décadas hacer de los humanos la raza suprema en esta galaxia", lo que requiere de ellos una magnanimidad hacia las razas inferiores "por el momento".^[7]

El aprendiz de Darth Sidious, el Conde Dooku (Darth Tyranus), aparentemente también era un supremacista humano que deseaba ver la República transformada en un Imperio de la Humanidad, con los Sith como su ejército.^[8] Sin embargo, es posible que desarrollara opiniones humanocéntrista en la edad adulta debido a su relación con Sidious, ya que en su juventud tuvo amigos alienígenas y es difícil creer que cualquier sentimiento anti-alienígena por su parte pudiera haber permanecido oculto a los Jedi durante setenta años. Muchos de sus Acólitos Oscuros cuidadosamente seleccionados no eran humanos, y también parecía respetar personalmente al archiduque geonosiano Poggle el Menor.

La Alta Cultura Humana fue impuesta e impresa en la ciudadanía del Imperio por la Coalición para el Progreso, la Junta Imperial de Cultura y el Grupo SubAdulto.

Las ideas sobre la Alta Cultura Humana se mantendrían vivas en la Nueva República durante años tras la derrota del Imperio a manos de grupos marginales como la Liga Humana. Al mismo tiempo, la almirante Daala debilitó considerablemente este concepto dentro del Remanente Imperial al permitir que alienígenas de todo tipo se unieran al ejército Imperial. En la época de los Imperios Fel y Sith, varios alienígenas sirvieron en el ejército Imperial como soldados de asalto, oficiales e incluso almirantes. Sin embargo, para el 137 DBY, individuos como el almirante Dru Valan aún creían en la superioridad innata de los humanos y les molestaba servir bajo el mando de oficiales no humanos.

Apariciones[]

Star Wars Episodio III: La Venganza de los Sith novela (Solo en mención indirecta)
Star Wars Journal: The Fight for Justice (Solo mencionado)
«Small Favors» - Star Wars Adventure Journal 12
«Galaxywide NewsNets» - Star Wars Adventure Journal 5
Graveyard of Alderaan Plantilla:Reprint
«Galaxywide NewsNets» - Star Wars Adventure Journal 11
«Galaxywide NewsNets» - Star Wars Adventure Journal 13