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Este artículo trata sobre un tema incluido en las Leyendas.El tema de este artículo aparece en la era del Alzamiento del Imperio.El tema de este artículo aparece en la era del Legado.


Darth Vectivus: «Incluso mientras hablo, no tengo conciencia de mi mismo. De pensar, de tomar decisiones. ¿Podría, de hecho, no ser nada?»
Nelani Dinn: «No, puedo sentirte. Destellando en la Fuerza. Brillando con el lado oscuro.»
Darth Vectivus: «Ese no soy yo. Ese es quien sea a quien estoy conectado.»
Darth Vectivus le revela que es un fantasma de la Fuerza a Nelani Dinn [fuente]

Los fantasmas de la Fuerza eran producto de un elaborado ritual Sith que le permitía a un usuario del lado oscuro crear apariciones similares a la vida a partir de la energía de la Fuerza de otro ser viviente, sin importar si era inteligente o no, y proyectarla en otro lugar del cosmos. Ya que eran una habilidad que requería considerable reserva mental y fuerza de voluntad, los fantasmas de la Fuerza se manifestaban en el reino físico y servían a los deseos de su creador. Su insidiosa naturaleza sólo era revelada cuando eran destruidos, y en ese momento la persona o criatura a la que estaba anclado el fantasma también moría. El poder fue desarrollado y perfeccionado por el Señor Oscuro de los Sith Darth Vectivus, aunque para el 40 DBY los Sith habían perdido la técnica. Los rituales para conjurar los fantasmas de la Fuerza fueron descubiertos y dominados por la Dama Sith Lumiya y posteriormente por la Jedi Oscura twi'lek Alema Rar, quienes los pusieron en práctica varias veces durante la segunda Guerra Civil Galáctica. Los secretos de sus creaciones fueron deseados por varias personas en ese tiempo, pero los que más los querían eran los miembros de la misteriosa Orden de Un Sith. En vez de permitir que los Caballeros Jedi pudieran tener acceso a ese poder, miembros de Un Sith destruyeron la antigua casa de Darth Vectivus, que también era la fuente en la que las últimas practicantes habían empleado el lado oscuro para crear los fantasmas de la Fuerza.

Descripción[]

Creación[]

Darth Vectivus: «Cada fantasma que ves aquí, cada uno que encuentres, está conectado a algo que es distintivamente real, distintivamente vivo—aunque posiblemente muy, muy lejos. Cada vez que mataste un mynock, un ser viviente en algún lugar sufrió el dolor y la herida que le infligiste.»
Nelani Dinn: «Estás mintiendo.»
Darth Vectivus: «No, no lo estoy. Tú atacaste, y en algún lado, alguna criatura, tal vez un bantha bebé, chilló de dolor y fue cercenado, muerto ante los ojos incrédulos de su madre—»
Nelani Dinn: «Detente.»
Darth Vectivus: «¿Por qué? Es la verdad. Los banthas bebés son muy lindos, sabes. Una pena terrible ver uno partido a la mitad.»
Darth Vectivus le explica la naturaleza de los fantasmas de la Fuerza a Nelani Dinn [fuente]
Darthvec

Darth Vectivus, inventor de la técnica de los fantasmas de la Fuerza

Los fantasmas de la Fuerza eran el resultado de un complejo ritual Sith que dependía de la disponibilidad de un sujeto, inteligente o no, con suficiente vitalidad y facultades mentales para mantener la influencia del creador. A través de la fuerza, el usuario del lado oscuro buscaba la mentalidad de una víctima confiada para que sirviera como un ancla a la realidad; el conocimiento previo del paradero de la presa servía para acelerar el proceso, pero no era necesario. El aura de la víctima era percibida en color y diferenciada de la del originador, cuya influencia rodeaba al blanco con chispas brillantes de energía de la Fuerza. Una vez unido con seguridad al sujeto inicial, el creador retiraba su influencia y buscaba otra mentalidad dócil que también fuera capaz de resistir su aserción prolongada. El abanico de posibilidades se manifestaba con varias tonalidades, y sólo gracias a un intenso escrutinio se podía descubrir un huésped óptimo. La especie, el género, la salud física y el estado cognitivo actual podían ser determinados por medio de esta inspección, y cada característica era considerada para la elección. Finalmente, el creador se unía a esta mente y comenzaba a drenar su energía vital de forma similar a un parásito espectral. Se le daba forma corpórea a esta esencia extraída, y se le moldeaba en cualquier forma que su creador deseara, para que viajara a cualquier lugar de la galaxia que eligiera el conjurador. Los sensibles a la Fuerza que se concentraban veían cómo la llegada del fantasma llenaba su rango visual, mientras que quienes no esperaban la presencia se sobresaltaban ante la súbita aparición.[1][3] Aquellos que no eran sensibles a la Fuerza veían cómo una forma reluciente aparecía justo frente a sus ojos.[2]

Desventajas[]

«¿Coordinar las acciones de varios fantasmas de la Fuerza a la vez? Muy cansado. Inténtalo alguna vez.»
Lumiya[fuente]

Si bien eran una habilidad efectiva[2] y conveniente, la preparación ritualista de los fantasmas de la Fuerza era un proceso muy cansado. La esencia vital cosechada no servía para recuperar las energías del usuario y, sin descanso suficiente, el conjurador se fatigaba bastante. A mayor distancia el agotamiento era mayor, y la proyección prolongada a larga distancia provocaba temblores en el cuerpo, mientras el creador luchaba por mantener la concentración. Debido a la naturaleza agotadora de la técnica se requerían copiosas reservas de energía de la Fuerza, usualmente aquellas encontradas en reservas de energía del lado oscuro.[1] Quienes no tenían experiencia debían dormir durante varios días mientras desarrollaban la tolerancia necesaria a sus efectos.[3] Si el creador era interrumpido la proyección ondeaba como un trozo de tela en el viento, y si perdía su concentración la ilusión desaparecía.[1] Los fantasmas estaban restringidos a las características gravitatorias del mundo donde se localizaba su huésped[2] y no podían luchar con armas a distancia, sino que tenían que arreglárselas con sus límites físicos.[3]

Varias aplicaciones de sensores podían exponer el engaño de los fantasmas de la Fuerza: por medio de exámenes preliminares, las apariciones tenían un brillo más opaco que la carne y el hueso. Una exploración infrarroja revelaba una tonalidad de consistencia monótona, muy diferente del espectro de color emanado por los seres vivos. El radar y el sonar revelaban su no-existencia, pues los fantasmas de la Fuerza no tenían masa real que reflejara las señales. Las personas entrenadas en la Fuerza veían no solamente lo que estaba proyectado, sino también el ser vivo al que estaba unido el fantasma.[3]

Aplicaciones[]

Matric Klauskin: «Hola, querida. Sabes que estás muerta.»
Edela Klauskin: «Claro que estoy muerta. He estado muerta durante años. Pero eso no significa que no exista.»
Matric Klauskin: «Bueno, ese es el punto, ¿no es así? Todos los doctores dicen que no, que tu misma existencia ocurre sólo en mi mente. Pero dicen que estoy mejorando.»
Edela Klauskin: «No existo sólo en tu mente. Existo en verdad. Los fantasmas de la mente no pueden abrir una puerta y liberarte, ¿o si?»
―El almirante Matric Klauskin y un fantasma de la Fuerza de su esposa, conjurado por Lumiya [fuente]

Desde el espionaje[1] a molestar al enemigo[3] e incluso la simple comunicación, los fantasmas de la Fuerza eran un medio práctivo para lograr una variedad de objetivos. Los conjuradores frecuentemente aparecían como ellos mismos, con acceso total a sus habilidades de la Fuerza y su experiencia con el sable de luz,[2] y con la facultad de hacer daño.[3] Usualmente se materializaban con su propia forma,[1] a veces mejorada físicamente,[3] o con una forma diferente. Los usuarios del lado oscuro normalmente atacaban a sus enemigos al proyectar múliples fantasmas simultáneamente, por ejemplo con enjambres de criaturas como los mynocks, lo que obligaba a su presa a dividir su atención mientras ellos se defendían.[2][3] Los seguidores del camino Jedi que no estaban familiarizados con este fenómeno confundían a estos fantasmas con las apariciones normales de usuarios de la Fuerza fallecidos.[1] Los Jedi tenían problemas cuando se les revelaba la verdadera naturalza de los fantasmas, considerando la inocencia potencial de los seres a los que cada aparición estaba unida; los daños que sufrían los fantasmas se transfería íntegro al ser vivo al que estaban unidos.[2][3] Las manifestaciones de seres amados también servían para confundir a los adversarios del conjurador[2] y desafiaba la cordura de los que no eran sensibles a la Fuerza, que racionalizaban su existencia diciendo que eran fantasmas comunes o "fantasmas de la mente".[1]

Usuarios[]

«…una técnica de la Fuerza que permite […] la proyeción de fantasmas a través del espacio. Se parece en todos sentidos a la técnica perdida de Darth Vectivus»
Dician[fuente]
Lumiya EA

Lumiya aprendió, y llegó a dominar, la creación de los Fantasmas de la Fuerza.

La técnica de los fantasmas de la Fuerza fue inventada por Darth Vectivus,[5] un Maestro Sith cuya guarida era una mansión palaciega situada sobre un nexo de energía del lado oscuro.[3] Vectivus perfeccionó la técnica y mantuvo la habilidad de ejecutarla incluso después de su muerte,[5] pero los Sith que lo sucedieron en los siglos siguientes creyeron que el ritual se había perdido.[3] Para el 40 DBY, la en ese entonces Dama Oscura de los Sith Lumiya, que había establecido su residencia en el hábitat de Vectivus,[2] encontró el espíritu del Lord Sith fallecido y aprendió este antiguo poder.[5] Con esta habilidad ella tormentó sin parar al almirante Matric Klauskin de la Flota de Defensa de la Alianza Galáctica al aparecérsele con el aspecto de su esposa muerta Edela. Ya que no era sensible a la Fuerza ni tenía los medios tecnológicos para discernir la verdad, Klauskin se convirtió en un demente.[1] Mientras la galaxia descendía a la inestabilidad, Lumiya usó su habilidad para importunar a sus enemigos de mucho tiempo, los Maestros Jedi Luke y Mara Jade Skywalker, con apariciones simultáneas de su sobrino y su hijo, quienes respectivamente lucharon contra fantasmas de su tío y madre.[2] Poco después, el joven Ben Skywalker y la Caballera Jedi Nelani Dinn fueron asediados por una multitud de mynocks fantasmas en las entrañas del asteroide, todos conjurados por Lumiya.[6] Un fantasma del mismo Darth Vectivus se apareció ante Dinn, con ominosas advertencias. Mientras tanto, Lumiya creó un fantasma de la Fuerza de Darth Caedus, el Lord Sith en que Jacen Solo se convertiría, mientras trataba de seducirlo al lado oscuro.[2] La Dama Oscura posteriormente apareció ante Solo en el planeta Coruscant después de haber sufrido graves heridas en combate con el Gran Maestro Skywalker. Sus heridas le provocaron una dificultad visible, pero la trementa fuerza de voluntad de Lumiya le permitió llevar a cabo exitosamente el ritual. Solo reconoció y se maravilló de lo práctico que era la habilidad, y deseó aprenderla. Mientras progresaba la Segunda Guerra Civil Galáctica, Lumiya continuó con su manipulación fantasma del almirante Klauskin, que finalmente tuvo que retirarse del servicio militar activo.[1]

Después de la muerte de Lumiya en el planeta hapano Terephon,[7] su residencia en el asteroide fue apropiada por la Jedi Oscura Alema Rar[8] que, con mucha práctica y estudio de las notas que dejó la Dama Oscura, se convirtió en una conjuradora experta de fantasmas de la Fuerza. Rar llegó a creer que era una diosa mientras ocupaba la cámara superior del hábitat y se infundía a sí misma con suficiente energía oscura extraida de los niveles inferiores del asteroide para crear un número y variedad infinitos de fantasmas de la Fuerza. La twi'lek demente prefería aparecerse como fantasma con un cuerpo revitalizado, uno que consideraba hermoso y eterno, y que carecía de las muchas deformidades y heridas que caracterizaban su cuerpo real. Entre sus proyecciones se encontraban rebaños de mynocks gigantes, que ella usó para fastidiar constantemente a varios miembros de la familia Solo. Los miembros de la Orden secreta Un Sith estaban ocultos en el planeta Korriban y tenían la impresión de que la técnica de Vectivus se había perdido, y por ello mostraron gran interés cuando ésta volvió a aparecer. Al descubrir que Rar era la maestra actual de esa habilidad, una de ellos, la Lord Sith Dician, tuvo la tarea de anexar el hábitat del asteroide y tomar a la twi'lek en custodia para que los Sith de Korriban le extrajeran los secretos de la creación de los fantasmas de la Fuerza. Sin embargo, cuando Dician le mencionó a sus superiores el interés de los Jedi en Rar, así como su inminente llegada al asteroide, la misión cambió de una de captura a una de destrucción. Desde su nave insignia, la Poison Moon, Dician obliteró el asteroide con bombas de fisión justo después de la partida del equipo de ataque Jedi que se había infiltrado en el asteroide para asesinar a Rar. Con la muerte de la Jedi Oscura y la destrucción del asteroide, los secretos de la creación de los fantasmas de la Fuerza se perdieron para siempre.[3]

Entre bastidores[]

Los fantasmas de la Fuerza aparecieron por primera vez en Betrayal, la primera novela en la serie de nueve novelas Legacy of the Force.[2] Fueron el medio principal en el que las antagonistas usuarias del lado oscuro en la serie, Lumiya y Alema Rar, usaron la Fuerza para molestar a los protagonistas en las novelas Exile y Fury.[1][3] La habilidad fue mencionada de manera ambigua en el apartado sobre Darth Vectivus en The Complete Star Wars Encyclopedia[5] y recibió una referencia específica en Omen, el segundo libro en la serie Fate of the Jedi, sucesora de Legacy of the Force.[9]

Apariciones[]

Fuentes[]

Notas y referencias[]

Otros idiomas
 La versión original de este artículo, o parte del mismo, fue traducida de Wookieepedia, ver autores
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