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Este artículo trata sobre un tema considerado Canon.

«El más simple gesto de amabilidad llena una galaxia de esperanza.»
―Bail Organa, a Kanan Jarrus[fuente]

La misión para robar disruptores Imperiales fue una operación llevada a cabo en el 5 ABY por la tripulación rebelde del Espíritu para robar, y en última instancia destruir, unos rifles disruptores de iones T-7 ilegales del Imperio Galáctico. Fue una operación formativa en los primeros días de la Alianza para Restaurar la República.

La misión comenzó como una manera de asegurar los créditos necesario para reabastecer los suministros de su nave y continuar con sus operaciones contra el Imperio; el señor del crimen Cikatro Vizago, que operaba en el planeta del Borde Exterior Lothal, estaba dispuesto a pagar por las armas. La misión llevó a los rebeldes al planeta Garel, al que viajaron a bordo de un Conmutador Estelar 2000. A bordo de la lanzadera se encontraba la Ministra Maketh Tua, que estaba intentando obtener las armas de su fabricante, Amda Wabo, con la ayuda de dos droidesR2-D2 y C-3PO, que estaban trabajando en secreto para el Senador Bail Organa de Alderaan para destruir las armas. Los rebeldes pudieron averiguar la localización de las armas en el espaciopuerto de Ciudad Garel, y las robaron antes de que el Imperio pudiera obtenerlas. Tras un breve tiroteo en Garel, los rebeldes regresaron a Lothal.

Una vez en Lothal, los rebeldes intentaron vender las armas a Vizago, pero fueron rápidamente descubiertos por el Agente Alexsandr Kallus del Buró de Seguridad Imperial. Esto condujo a una corta batalla contra las fuerzas Imperiales, en la que los rebeldes destruyeron los disruptores para que no cayeran en manos Imperiales. Los rebeldes escaparon de las fuerzas de Kallus y devolvieron los droides al Senador Organa, que aprendió acerca de los rebeldes gracias a R2-D2. Después de la misión, los rebeldes pasaron a formar parte de la incipiente Alianza Rebelde que Organa ayudaba a liderar, aunque solo la piloto del Espíritu, Hera Syndulla, sabía de ello al principio. Posteriormente supieron de su implicación, así como la de Organa, después de que otras células rebeldes acudieran en su ayuda durante una misión para rescatar al líder del equipo, Kanan Jarrus, del Imperio.

Preludio[]

«Te dije que escaparíamos.»
«Con el cargamento. Dijiste que escaparíamos con el cargamento.»
―Kanan Jarrus y Sabine Wren, después de que el Espíritu escapara de las fuerzas Imperiales[fuente]
Rebels Discuss Vizago Job

Los rebeldes discuten aceptar un trabajo de Cikatro Vizago.

En el 5 ABY,[4] la tripulación rebelde del carguero Espíritu llevó a cabo numerosas operaciones contra el Imperio Galáctico en el planeta del Borde Exterior Lothal. Poco después de su exitosa misión para rescatar a unos esclavos wookiees de las minas de especias de Kessel, la tripulación se quedó corta de suministros, incluido alimentos, explosivos y combustible. Intentaron robar un cargamento de suministros del Imperio, pero terminaron enfrentándose a un Destructor Estelar clase Imperial y un escuadrón de cazas estelares de superioridad espacial TIE/ln. El Espíritu pudo escapar de las fuerzas Imperiales, pero sin los suministros que la tripulación esperaba obtener. Sabían que si no obtenían suministros o dinero, no podrían continuar con su lucha contra el Imperio Galáctico o incluso mantener las operaciones del Espíritu. Kanan Jarrus, el líder de la tripulación rebelde, sugirió aceptar un trabajo del señor del crimen de Lothal Cikatro Vizago. La idea fue recibida con reticencias del rebelde lasat Garazeb Orrelios, que objetó trabajar como traficantes de armas para el criminal devaroniano, pero el Padawan Ezra Bridger estuvo de acuerdo con Jarrus, su profesor Jedi. El líder rebelde afirmó que ya conocía la misión, que consistía en interceptar un acuerdo de armas en el planeta Garel. Tras un debate, la tripulación se dirigió a Ciudad Capital en Lothal para iniciar su misión.[1]

Mientras tanto, el Imperio se preparó para su acuerdo de armas, donde la Ministra Maketh Tua de Lothal se reuniría con el fabricante de armas Amda Wabo para obtener los rifles disruptores de iones T-7 de Wabo en Garel; los disruptores, que podían ser usados con un efecto espantoso en seres sensibles, habían sido previamente prohibidos por el Senado Imperial tras su uso en la casi extinción de la especie lasat. Para que Tua pudiera entender a Wabo, un aqualish, sería ayudada por dos droides, el droide astromecánico R2-D2 y el droide de protocolo C-3PO.[1] Los droides fueron prestados a la gobernadora de Lothal, Arihnda Pryce, por el Senador Bail Organa de Alderaan,[5] que en secreto quería destruir las armas ilegales. Sin embargo, solo R2-D2 conocía sus verdaderas intenciones; el hablador C-3PO fue mantenido en la ignorancia.[1]

La misión[]

Robando los disruptores[]

«Son disruptores T-7. Fueron prohibidos por el Senado. Con ellos puedes provocar un cortocircuito en toda una nave.»
«No los prohibieron por eso.»
―Sabine Wren y Garazeb Orrelios[fuente]

Al llegar al espaciopuerto de Ciudad Capital, los rebeldes subieron a bordo del Conmutador Estelar 2000 ST-45 con destino a Garel,[1] que solo se encontraba a unos minutos de distancia de Lothal por el hiperespacio.[6] Para evitar sospechas, así como parte de un plan para localizar las armas, los rebeldes subieron a bordo de la lanzadera fingiendo no conocerse entre sí; Bridger y el droide astromecánico de los rebeldes, C1-10P—también conocido como Chopper—se sentaron juntos, mientras que Orrelios y Wren se sentaron frente a ellos. Tua y Wabo llegaron pronto y se sentaron en la parte delantera, justo delante de Orrelios y Wren. R2-D2 y C-3PO llegaron poco después, seguidos por Jarrus, que llegó a la lanzadera en el último minuto fingiendo llegar tarde. Cuando estuvieron todos a bordo, la lanzadera partió de Lothal e hizo el salto hacia Garel..[1]

De camino a Garel, Chopper montó un espectáculo fingiendo iniciar una pelea con Bridger, para atraer la atención hacia ellos. Jarrus, todavía actuando como un desconocido, exigió al droide piloto, RX-24, aplicar la normativa Imperial acerca de los droides en el área de pasajeros. Con Chopper enviado a la parte trasera de la nave, Bridger exigió que C-3PO y R2-D2 también fueran enviados a la parte trasera. A pesar de las objeciones de Tua, que los necesitaba para su misión, RX-24 envió a los dos droides Imperiales a la parte trasera de la lanzadera. Con Tua incapaz de entender a Wabo, Wren ofreció sus servicios como traductor, fingiendo ser una leal estudiante de la Academia Imperial. En aqualish, Wren preguntó a Wabo dónde se encontraban los disruptores T-7 en Garel. Wabo le dijo que se encontraban en la Bahía 7, pero Wren engañó a Tua y dijo a la Ministra que se encontraban en la Bahía 17, una mentira que daría a los rebeldes tiempo para robar las armas antes de que el Imperio llegara hasta ellas.[1]

Ezra Jumps Over Garel Roofs

Bridger salta por los tejados para llegar a la Bahía 7.

La nave llegó al espaciopuerto de Ciudad Garel momentos después, y los rebeldes y los Imperiales desembarcaron. Mientras el Imperio se dirigía a la bahía de carga incorrecta, los rebeldes iniciaron la siguiente fase de su plan. Bridger se introdujo en el sistema de ventilación y llegó a la Bahía 7, donde desbloquearía la puerta para el resto del equipo. Bridger, que había sido un ladrón mientras vivía solo en Lothal, se lamentó de tener que recurrir de nuevo al robo y a la infiltración, puesto que se había unido a la tripulación del Espíritu para que Jarrus lo entrenara como Jedi—un entrenamiento que aún no había empezado. Se abrió camino a los tejados y saltó por encima de ellos antes de llegar a la bahía de carga, donde encontró el cargamento de armas y abrió la puerta para los demás. Cuando Jarrus, Wren, y Orrelios llegaron, Syndulla—que había llegado a Garel a bordo del Espíritu—aterrizó con la nave.[1]

Mientras el Espíritu aterrizaba, los rebeldes inspeccionaron las armas y se dieron cuenta de que eran disruptores T-7. Orrelios quedó horrorizado por el descubrimiento, puesto que los había visto siendo usados contra su pueblo. A pesar de la reticencia de Orrelios, Jarrus ordenó que las armas fueran cargadas a bordo del Espíritu. Mientras tanto, los Imperiales llegaron a la Bahía 17 y encontraron que no había armas. Wabo afirmó que se encontraban en la Bahía 7, lo cual C-3PO tradujo a la Ministra. Tua ordenó a sus soldados de asalto que se dirigieran a la bahía de carga correcta, donde los rebeldes aún seguían cargando las armas. Chopper, que estaba espiando a los Imperiales, fue descubierto, haciendo que Tua se diera cuenta de que había sido engañada por Wren y los rebeldes.[1]

Zeb fights stormtroopers on Garel

Orrelios se enfrenta a un grupo de soldados de asalto.

Los Imperiales llegaron a la Bahía 7 justo mientras las cajas con armas eran cargadas. Los soldados de asalto exigieron a los rebeldes que se rindieran, pero, mientras Orrelios distraía a los Imperiales, las armas continuaron siendo cargadas en el Espíritu. Mientras los soldados de asalto intentaban inspeccionar las cajas, que Orrelios afirmaba que eran suyas, el lasat atacó a los soldados, provocando un tiroteo entre los Imperiales y los rebeldes. Durante el tiroteo, R2-D2 se dio cuenta de que los ladrones eran rebeldes y condujo a C-3PO a bordo del Espíritu, que despegó y partió de Garel en cuanto las armas hubieron sido cargadas. Jarrus ordenó poner cerrojos de seguridad en los droides, sin saber cuál era su verdadera misión.[1]

Descubrir que la misión consistía en robar disruptores provocó un debate entre la tripulación, un debate que R2-D2 grabó. Orrelios no quería vender los disruptores a Vizago, queriendo destruirlos para que nunca más pudieran ser usados. Wren agradeció que, al menos, estuvieran fuera del alcance Imperial, puesto que había averiguado durante su traducción que el Imperio pretendía producirlos en masa en Lothal. Jarrus estaba satisfecho por que el Imperio no tuviera las armas, pero insistió en venderlas a Vizago a cambio de los créditos que la tripulación necesitaba. Wren también sugirió vender a C-3PO y R2-D2 a Vizago a cambio de créditos adicionales.[1]

Mientras los rebeldes se dirigían a Lothal, la Ministra Tua contactó con el Agente Alexsandr Kallus del Buró de Seguridad Imperial,[1] que se había interesado por los rebeldes durante su misión de rescate en Kessel.[2] Tua informó al Agente del BSI del robo de las armas y describió a los rebeldes, especificando que uno de ellos era un lasat, por lo que Kallus se dio cuenta de que se trataba de los rebeldes a los que había estado persiguiendo.[1]

Batalla en Lothal[]

«Sabine, destruye las armas.»
«Ha. Ahora nos entendemos.»
―Kanan Jarrus y Sabine Wren[fuente]
C-3PO contacts Agent Kallus

C-3PO habla con el Agente Alexsandr Kallus.

Después de que Jarrus confirmara una reunión del equipo con Vizago, el Espíritu aterrizó en el enclave del señor del crimen en Lothal. Antes de que la tripulación desembarcara, R2-D2 reveló que su misión real era asegurar que los disruptores no caían en manos Imperiales y que su amo—a quien el droide no identificó como el Senador Organa—concedería una generosa recompensa si los droides le eran devueltos. Jarrus dijo que lo consideraría, pero aun así continuó con su plan de vender las armas a Vizago. Mientras los rebeldes descargaban las armas, C-3PO envió una señal de auxilio a la Gobernadora Pryce, afirmando que él y R2-D2 habían sido secuestrados por criminales. La señal fue interceptada a bordo de la nave de Kallus, el Justiciero, y el propio Kallus respondió al preocupado droide de protocolo. C-3PO, que creía que Kallus lo rescataría, envió al Agente del BSI la localización del Espíritu.[1]

Mientras las fuerzas Imperiales se preparaban para atacar a los rebeldes, Vizago inspeccionó las armas que el equipo había robado para él. Antes de que Vizago pudiera pagar a los rebeldes, no obstante, llegaron las fuerzas de Kallus, que incluían múltiples soldados de asalto y dos Módulos de Defensa Todo Terreno. Vizago abandonó el lugar con algunos de los disruptores, sin estar dispuesto a pagar por solo la mitad del cargamento, y dejó a los rebeldes atrás para lidiar con las fuerzas Imperiales. Decidido a evitar que los disruptores cayeran en manos Imperiales, Jarrus ordenó a Wren que los destruyera. R2-D2, que salió de la nave con C-3PO, ofreció su ayuda para destruir las armas, cumpliendo las órdenes del Senador Organa. R2-D2 sugirió sobrecargar los disruptores para que explotaran, un plan con el que Wren estuvo de acuerdo. Jarrus tomó una de las armas para sí mismo y eliminó a uno de los AT-DPs, mientras que el resto del equipo ayudó a Wren.[1]

Kanan shoots an AT-DP

Jarrus usa un disruptor para disparar contra un AT-DP.

Los caminantes comenzaron a disparar contra la ubicación de los rebeldes, y Jarrus se deshizo de uno de ellos. Orrelios y Bridger acudieron en su ayuda en cuanto un caminante disparó contra él, y vieron como se acercaban Kallus y sus soldados de asalto. En cuanto Kallus vio a Orrelios, exigió que el lasat se enfrentara a él en combate. Los dos pelearon usando sus rifles-bo AB-75, el arma de la Guardia del Alto Honor de Lasan—Kallus reveló que había robado el arma de un lasat al que había asesinado, y que él había ordenado personalmente el uso de los disruptores en Lasan. Enfurecido, Orrelios continuó luchando contra el Agente del BSI. Mientras los dos se enfrentaban, los rebeldes sobrecargaron los disruptores y los empujaron contra el caminante restante y los soldados de asalto, desencadenando unas explosiones que destruyeron las armas, los soldados, y el AT-DP.[1]

Las explosiones resultantes desencadenaron un pequeño temblor en el suelo, haciendo que Orrelios perdiera el equilibrio. Kallus tomó la iniciativa y casi mató a su oponente, pero Bridger usó espontáneamente la Fuerza para lanzar a Kallus por el aire, lejos de Orrelios. Los rebeldes aprovecharon la oportunidad para recoger a Orrelios y regresar al Espíritu, que despegó y partió de Lothal, dejando a Kallus atrás.[1]

Consecuencias[]

«Ya nos centraremos en los Imperiales. Por ahora, enséñame que tienes de los... rebeldes.»
―Bail Organa, a R2-D2[fuente]
Bail Organa Droids in Distress

Organa pide a R2-D2 que le informe de los rebeldes.

Tras escapar de Kallus, la tripulación se reagrupó en el Espíritu, donde Orrelios dio las gracias a Bridger por haberlo salvado y Jarrus informó a Bridger de que su entrenamiento formal como Jedi comenzaría al día siguiente. Poco después, el Espíritu se acopló a la corbeta del Senador Organa, la Tantive IV, donde Jarrus devolvió los droides al agradecido senador—aunque los rebeldes no sabían quién era Organa. A cambio de la devolución de los droides, Organa les proporcionó una recompensa monetaria. Jarrus desembarcó, y R2-D2 entregó a Organa las grabaciones que había hecho de la célula rebelde.[1] Sin que Jarrus lo supiera, Organa también era parte de una emergente Alianza Rebelde que se comunicaba y proporcionaba misiones a células rebeldes por toda la galaxia. Como resultado de la misión, Syndulla entró en contacto con Ahsoka Tano, una de las líderes del movimiento.[7] Tano, que solo se identificó como «Fulcrum», ofrecería a menudo misiones a los rebeldes para luchar contra el Imperio.[8]

Las acciones de Bridger al salvar la vida de Orrelios permanecieron como una fuente de enfrentamiento entre ambos durante un corto periodo de tiempo tras la misión. Bridger recordó frecuentemente a Orrelios, con quien compartía aposentos a bordo del Espíritu, cómo había salvado la vida del lasat de manos del Agente Kallus, lo que condujo a una pelea entre ambos. La pelea se intensificó lo suficiente como para que Syndulla los enviara juntos a comprar suministros, para que salieran de la nave. Durante la búsqueda de suministros, los dos se vieron envueltos en una escaramuza con las fuerzas Imperiales y robaron un caza TIE, que usaron para atacar a un grupo de Transportes de Tropas Imperiales y rescatar a un grupo de civiles apresados. Esta situación permitió a Bridger y Orrelios, que habían trabajado juntos para regresar al Espíritu, aparcar sus diferencias.[3]

La tripulación se encontró de nuevo con Organa algún tiempo después, durante una misión para rescatar a Jarrus de la custodia Imperial; Jarrus había sido capturado por el Gran Moff Wilhuff Tarkin, que quería saber más acerca de un movimiento rebelde a mayor escala. Chopper envió un mensaje a «Fulcrum» y solicitó refuerzos para ayudar en su batalla contra el Imperio en la órbita del planeta Mustafar. Una flota rebelde llegó a la órbita de Mustafar y ayudó a los rebeldes a escapar del Imperio, siendo la primera vez que las células rebeldes comenzaban a trabajar juntas abiertamente. En cuanto los rebeldes estuvieron en el hiperespacio, Organa contactó con el equipo vía holograma, donde Syndulla reveló su verdadera identidad. La tripulación también conoció a Tano y averiguó que ella era Fulcrum.[7]

Durante la liberación de Lothal, Vizago lamentó abiertamente haber conocido a Bridger ese día porque desde entonces había estado en el radar del Imperio permanentemente.[9]

Apariciones[]

Fuentes[]

Notas y referencias[]



Otros idiomas
 La versión original de este artículo, o parte del mismo, fue traducida de Wookieepedia, ver autores
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